Por Anadaniela Del Carpio.
El Banco Mundial y Heurística trabajaron juntos para contribuir con la nueva estrategia del programa de desarrollo infantil temprano Cuna Más (parte del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social del Perú).
La primera infancia (desde los 0 a 3 años) es la etapa más importante del desarrollo humano. Diversos estudios han demostrado que durante estos años, se desarrollan habilidades lingüísticas, cognitivas, sociales y emocionales que predicen el funcionamiento posterior en la adultez. Para que dichas habilidades se desarrollen de manera óptima, el comportamiento de los cuidadores principales es fundamental. Por su gran importancia , alrededor del mundo existen diversos programas sociales dedicados a contribuir con el desarrollo integral de la primera infancia.
En el Perú, el Programa Nacional Cuna Más tiene como objetivo mejorar el desarrollo infantil de niñas y niños menores de 36 meses de edad, en localidades en situación de pobreza y pobreza extrema. Actualmente, atiende a más de 170 mil familias y, hasta inicios del 2020, ofrecía los servicios de visitas a hogares y de cuidado a los niños en centros infantiles. Sin embargo, debido a la pandemia el programa tuvo que migrar sus servicios hacia una modalidad remota, a través de llamadas y mensajes de texto a las familias usuarias.
Dentro de este contexto, se presentó el reto de diseñar comunicaciones efectivas que promuevan prácticas parentales positivas para el desarrollo de los niños. Para superar este desafío de comportamiento, Heurística realizó un trabajo de consultoría para el Banco Mundial y Cuna Más. Esta consultoría tuvo dos fases:
Diagnóstico: en donde se realizaron dos estudios, uno cualitativo y otro cuantitativo representativo a nivel nacional.
Recomendaciones: en donde se utilizaron los hallazgos de la primera fase para proponer lineamientos de comunicación basados en evidencia.
El diagnóstico de comportamiento realizado (primera fase de la consultoría) nos permitió conocer y comprender qué elementos personales y del contexto facilitaban y/o dificultaban la ocurrencia de prácticas parentales clave para el desarrollo de niños y niñas.
Por ejemplo, en el estudio cualitativo se encontró que los cuidadores disfrutaban cuando jugaban con sus niños; sin embargo, no siempre contaban con el tiempo necesario para hacerlo. Ello luego fue corroborado en el estudio cuantitativo representativo a nivel nacional, en donde se encontró que el 98% de los cuidadores disfrutaba cuando jugaba con sus niños; no obstante, un poco más de la tercera parte (36%) señalaba que en la mayoría de los días no les alcanzaba el tiempo para realizar esta actividad.
Con base en estos hallazgos, uno de los lineamientos de comunicación propuestos fue enviar mensajes que inviten a imaginar la felicidad futura que sentirían los cuidadores al jugar con sus niños y/o niñas. Mensajes como el siguiente,
“Recuerda que cuando juegas con tus niños ellos se ríen y tú también. ¿Por qué no dedicas ahora unos minutos a jugar con él/ella?”
capitalizan el hecho de que los cuidadores disfrutan de jugar con sus niños, a la vez que fomenta una técnica de regulación emocional (i.e., anticipar a cómo se sentirán después de jugar con sus niños), la cual se sabe refuerza la realización de un comportamiento (i.e., jugar con su niño o niña). Así, tomando como referencia principal los hallazgos de nuestro diagnóstico, pudimos diseñar lineamientos comunicacionales basados en evidencia científica, los cuales atendían directamente las barreras y facilitadores identificados para cada comportamiento.
Estos aprendizajes a nivel local demuestran cómo las ciencias del comportamiento pueden contribuir con la sociedad, asistiendo la implementación de programas dirigidos a mejorar la etapa más importante del desarrollo humano: la primera infancia.
Te invitamos a que leas más sobre el proyecto en el blog del Banco Mundial .
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